Cada vez la VFP está más presente en nuestra sociedad, en España un 41,8% de los delitos cometidos por los menores españoles están relacionados con algún tipo de violencia (Instituto Nacional de Estadística, INE, 2012). Esto supone una carga económica pues en ocasiones se dejan secuelas a las víctimas.
Este tipo de violencia se asocia (en ocasiones) con el consumo de estupefacientes u/o alcohol por parte del agresor.
Entre los distintos factores de la VFP, encontramos las conductas reiteradas de agresiones físicas, verbales o no verbales, varias formas de maltrato: maltrato físico, psicológico, emocional o financiero y dichos maltratos no tienen como única causa por el consumo de drogas, trastornos mentales, discapacidad intelectual, conductas defensivas o “retaliación” (Pereira, 2006).
En cuanto a la edad de los agresores se muestran datos contradictorios (entre los 10 y los 18 años). Pero sí que se señala un estilo educativo común: la percepción de falta de amor por parte de los hijos, lo que provoca una baja autoestima.
El proceso de la conducta violenta se va generando poco a poco basándose en distintas teorías como La teoría de la conducta planificada (Icek Ajzen 1991): por la cual una conducta se inicia y se mantiene según la interacción de la actitud hacia la realización de dicha conducta que tenga la persona, de la percepción de control que tiene sobre dicha conducta y de la influencia del entorno que sea favorable a la aparición de dicha conducta (Ajzen, 2011).
Es decir, la conducta violenta se mantiene conforme el niño o niña va consiguiendo su meta de tener el control y el poder en la familia a través de dicha conducta.
En cuanto a las características de las familias que presentan violencia filio.parental se vuelve a señalar la necesidad de autonomía del hijo debido a su excesiva fusión con uno de los progenitores (Pereira, 2011).
Con respecto a la intervención, se han realizado estudios sobre la efectividad de la terapia familiar para observar posibles recaídas y sólo se ha observado eficacia en el tratamiento con la víctima pues en la mayoría de los casos el agresor se muestra reacio a la terapia y no suele siquiera acudir, como el resto de la unidad familiar, la cual lo ve como algo ajeno que no le repercute. Por ello, en estos casos, lo que se suele hacer es la separación física de los miembros de la familia internando al menor en un centro de protección y poniendo una orden de alejamiento a la familia.
La primera herramienta para la evaluación del riesgo de VFP, fue desarrollada a través de una revisión bibliográfica, la opinión de expertos a través de entrevistas a distintos profesionales del mundo de la psicología, la educación social, la docencia y la policía, y aplicaciones piloto en contexto clínico. Dicha herramienta contiene un total de 24 factores de riesgo, 6 de protección y 15 variables identificativas del caso.
Entre los factores de riesgo encontramos 28 factores agrupados en cuatro dimensiones: 1) Características de la violencia ; 2) Características del agresor; 3) Características familiares; 4) Características protectoras.
Considerándose también otros factores de riesgo como la edad de inicio de la VFP, comisión de VFP por parte de hermanos/as; actitudes frente al uso de la violencia; falta de valores; tipo de violencia ejercida; fallo en intervenciones anteriores; migración, reagrupación familiar, separación temporal entre padres e hijos, cultura de origen; alianza terapéutica; víctimas de violencia de género (madre o hija agresora). También se propuso la utilización de un lenguaje inclusivo que dejara clara la posibilidad de que ambos sexos pudieran ser víctimas y agresores (aunque no se han encontrado evidencias significativas sobre este hecho)
Referencias:
Vargas-Trujillo, J.J., Sahagún-Navarro, M., Cardenas-Rodríguez, R., y Ramírez-Giraldo, A.F. (2016). Las consecuencias de la violencia filio-parental reflejadas en una historia de vida. Cuaderno de Trabajo Social, 29 (1), 119-128.
Claver-Turiégano, E. (2017). Aproximación teórica a la violencia filio-parental. Redes, 35, 21-32.
Loinaz, I., Andrés-Pueyo, A., y Pereira, F.R. (2017). Factores de riesgo de violencia filio-parental: una aproximación con juicio de expertos. Acción psicológica, 14, (2), 17-32.